lunes, 22 de abril de 2013

El Efecto CLEVER HANS: ¿Un caballo adivino?


FUENTE: http://www.laproductividad.com/114-inteligencia/222-el-efecto-clever-hans-caballo



La historia se origina en Alemania, donde el caballo Clever Hans a principios del siglo XX dejaba a todo el mundo boquiabierto al ser capaz de sumar, multiplicar y dividir. Su dueño y adiestrador, Wilhelm von Osten, que era profesor de matemáticas y aficionado a entrenar caballos, estaba tan orgulloso de él que lo llevaba a espectáculos y ferias para que la gente lo viese. Tanto fué el éxito, que se hizo famoso en el mundo entero.

Pero, ¿había truco?, ¿cómo podía un caballo sumar, restar, diferenciar tonos musicales y por tanto, entender el idioma alemán?, ¿era un caballo realmente tan inteligente?


Primero, antes de nada, voy a explicar cómo respondia el caballo las preguntas. El dueño del caballo, escogía una persona entre el público. Este se acercaba al caballo y le hacía una pregunta. Por ejemplo: "¿cuanto son 8 + 6?". Entonces el caballo Hans contestaba dando toques con su pezuña, tantos toques como fuese el resultado, en este caso 14 toques.

¡Hans era capaz de acertar en un 89% de los casos!, y esto también llamó la atención de la comunidad científica del momento, que no se podía creer que un caballo pudiera, primero entender el idioma alemán, y segundo, resolver problemas matemáticos.


Por esto mismo, en 1904, se creo una comisión (la comisión Hans) para investigar si realmente lo que hacía el caballo Hans era real o había algún tipo de truco. El resultado no pudo ser más ecuanime, "no había ningún indicio de fraude en el funcionamiento de Hans".

Sin embargo, unos años más tarde, el psicologo Oskar Pfungst, quiso realizar sus propias comprobaciones y descubrió algo. Se dio cuenta que cuando la persona que le hacía la pregunta al caballo no sabía la respuesta, Hans tampoco acertaba. Y otra cosa, cuando la persona que le preguntaba no se encontraba dentro del campo visual del caballo, en definitiva, no la veía, entonces Hans tampoco acertaba.

La conclusión a la que llego Oscar Pfungst, es que el caballo no sabía la respuesta, pero si era capaz de ver los cambios en los movimientos del cuerpo y de la cara de su interrogador cuando la respuesta correcta se acercaba. Estos movimientos o gestos, podían pasar desapercibidos para el resto del público, pero para Hans no, y esto lo hacía único.

Siempre se ha dicho que los caballos tienen una sensibilidad única y que son capaces de detectar aspectos que el ser humano no puede. Pero si que se puede. Hans no poseía una inteligencia lógica matemática, pero ojo, si poseía suficiente inteligencia Kinestésica como para detectar los cambios corporales en su interrogador.


Conclusión: desde la PNL siempre se comenta la importancia de saber percibir los gestos y movimientos de tu interlocutor para obtener una mayor empatía y rapport, e incluso para conocer en mayor medida lo que piensa. En nuestra mano esta desarrollar estas habilidades.

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