lunes, 14 de octubre de 2013

FOMENTA TU RESILIENCIA


FUENTE: http://psicomont.blogspot.com.es/2012/06/inteligencia-emocional-resiliencia.html#!
MONTSE GARCÍA, PSICOMONT


HORMIGA TRIUNFADORA


La palabra "Resiliencia" proviene del término latino "Resilio", que significa volver atrás, volver en un salto, rebotar. El término fue adaptado por las Ciencias Sociales para caracterizar a los sujetos que, a pesar de haber nacido y vivido en situaciones de adversidad, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos. En castellano, tradicionalmente el término resiliencia se usa en el campo de la física y se refiere a la capacidad que tienen los cuerpos para volver a su forma original después de haber sufrido deformaciones producto de la fuerza (Suárez, N. 2004). 

En psicología se conoce la Resiliencia como la capacidad que tienen las personas para afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida, saliendo incluso fortalecidos (Melillo y Suárez Ojeda, 2001). Según Rutter (1993) se trata de un proceso interactivo en el que participan factores personales (de riesgo y de protección) y del ambiente familiar, social y cultural. La resiliencia es así un proceso dinámico dependiente de factores internos y externos que configuran lo que se denomina Potencial Resiliente (Tusaie y Dyer, 2004).

La resiliencia no sólo es un fenómeno que observamos a nivel individual, también podemos hablar de familias resilientes y de grupos y comunidades con características resilientes. En este sentido se la podría definir como "Una capacidad universal que permite a una persona, grupo o comunidad prevenir, minimizar o superar los efectos perjudiciales de la adversidad (The International Resilience Project, Canadá 1996).


Algunas investigaciones realizadas sobre Resiliencia han permitido comprobar que hay ciertas características estables de personalidad tales como la esperanza, la felicidad y el optimismo, que pueden mediatizar el impacto que producen determinados estímulos estresantes (Brodkin y Coleman, 1996; Fredrickson, 2001; Tugade y Fredrickson, 2004). 


DOS PERSONAS SOBRE EL MUELLE DEL ÉXITO EMOCIONAL


Por otra parte otros autores observaron que quienes se sobreponen positivamente frente a la adversidad presentan mayores habilidades sociales y emocionales, respecto a quienes sucumben ante la misma. Es decir que los sujetos resilientes manejan y comprenden mejor sus emociones. 


Los resultados obtenidos en otras investigaciones indican que las personas con altos niveles de Inteligencia Emocional muestran más Satisfacción Vital, y también tienen mayores Factores de Protección Personales, Familiares y Fuentes de Resilencia más altas.

Por otro lado Darío Páez et al, 2007 comprobaron que los jóvenes con apego seguro y una alta Inteligencia Emocional auto-percibida y de rendimiento, hacen mayor uso de la reevaluación positiva ante situaciones que provocan ira o tristeza - reconstruyen la situación centrándose en lo positivo, auto-reconfortándose y minimizando sus consecuencias negativas-. Asimismo, quienes presentan un estilo seguro y mayor capacidad de modificar sus estados de ánimo en las relaciones interpersonales, tienen mayor auto-control ante la tristeza en base al uso de respuestas de aceptación, sugiriendo que aguantar e ignorar la situación, aprender a vivir y aceptar el estrés interpersonal es eficaz.

De lo anterior podemos inferir una relación entre la resiliencia y la educación emocional. Se podría decir que un nivel elevado de Inteligencia Emocional tendría una función tanto protectora como recuperadora del ajuste emocional y de la salud mental (P. Berrocal, 2006), buen argumento por tanto para estimular una vez más los programas de educación emocional para los niños.


Recientemente me recomendaron un manual de técnicas terapéuticas para apoyar la resiliencia de niños, niñas y adolescentes. Este manual se llama "La fiesta mágica y realista de la resiliencia infantil", sus autores son Dr. Jorge Barudy Labrin y Maryorie Dantagnan, es de Gedisa Editorial y su ISBN: 978-84-9784-613-4.

En este manual han incluido una metáfora de los pedagogos Ana Forés y Jordi Gravé que resulta muy ilustrativa para comprender qué es la resiliencia. 


“Una hija estaba muy molesta porque parecía que cuando un contratiempo se les solucionaba, aparecía un problema nuevo aún más complicado. Habló de ello con su padre que era jefe de cocina. La miró y, sonriente, cogió tres ollas. En un puchero puso algunos huevos, en otro, algunas zanahorias y en una tercera ollita, café. La joven se quedó pasmada pensando que su padre no la escuchaba, como ya era habitual, porque en lugar de proporcionarle una respuesta se ponía a cocinar. Despúes de veinte minutos de cocción, el padre le preguntó a la hija. “¿Qué ves?” La chica quedó atónita. “¡Qué quieres que vea? ¡Como no me haces ningún caso mientras cueces huevos y unas zanahorias y haces café!”, respondió medio enfadada. El padre imperturbable la invitó a palpar los tres ingredientes. La joven azorada le preguntó qué significaba. 

 Él le respondió:
“los huevos eran frágiles antes de la cocción, y ante la adversidad (el calentamiento con el fuego) se han vuelto duros; las zanahorias, en cambio, eran duras y con el fuego se han vuelto blandas; en cambio, el café, cuando ha sido calentado ha sido incluso capaz de poder transformar su contexto: el café ha transformado el agua. ¿Qué deseas ser tú hija mía, ante las adversidades? Ojalá seas como el café que cuando aparezcan los problemas o las adversidades, seas capaz de ser fuerte, sin dejarte vencer ni aislarte, salir airosa e incluso mejorar tú misma consiguiendo cambiar tu entorno”.


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